Propiedades que cumplen con tu búsqueda
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Terreno del Cerro del Agua
Este lugar, al fondo del Valle de Atongo, tiene una gran belleza que combina vistas de la montaña en varios planos y una conformación perfecta para compartir el espacio sin ser visto en entornos completamente distintos.
Al bordo de un riachuelo y con tepetates enormes y árboles hermosos este lugar es un rincón para resguardar…
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Terreno los Venaditos
Antes, cuando Atongo era un valle de siembra, los venados bajaban a este lugar a beber agua de la cascada. Los árboles que aquí moran son guardianes de la montaña y de las cuevas con pinturas rupestres. Vivir aquí es una responsabilidad, cuidar de este lugar sagrado implica respetar el entorno y manifestar el lado humano con humildad, ante tal grandeza.
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Casa del Ermitaño
El ermitaño vive en su ermita y cuida de ella…
apartado de lo mundano vive su soledad mientras contempla
el milagro de la naturaleza y de la vida misma.Desde aquí se mira abierto el horizonte a los cuatro vientos,
desde allá se mira la casa en la cima, rodeada de arboles
frondosos que visten con su verdor al paraje de Xixco. -
Ahuehuecalli
Al traspasar el umbral del hogar de los Ahuehuetes, uno se funde con la energía mágica de árboles señoriales que abrazan el espíritu y detienen el tiempo. Rodea la casa, y le da vida e intimidad a la vez, un jardín paradisiaco en donde, a lo largo de cientos de años, la naturaleza ha crecido libre y exuberante. En las lluvias, el susurro del arroyo de Atongo obsequia al oído ecos de cantarina paz, y la vista lejana de la cordillera tepozteca ofrece una referencia del maravilloso mundo externo que la rodea.
Desde aquí los árboles centenarios miran al Tepozteco y beben del río de Atongo.
La casa es cálida, luminosa y abierta hacia un entorno que rinde tributo a los eternos señores de este lugar…
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Terreno Copalcuahuitl
Dentro del Parque Nacional del Tepozteco se ubica este hermoso rancho ecuestre que con su vegetación endémica seduce a días de campo y reuniones alrededor del fuego. Con 2,100 metros de altitud y un clima templado de bosque, este lugar invita a observarlo todo, desde un espíritu silvestre. Con vistas hacia la serranía Norte de Tepoztlán y el Valle de Cuernavaca. A bordo de la carretera a San Juan Tlacotenco y de una cañada por la que corre el agua en el temporal.
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Terreno la Presa
Alargado y terraceado, este terreno esta al resguardado del cerro del beso y mira desde lo alto de una colina hasta el horizonte que dibuja la silueta del Popocatépetl en días trasparentes. Al fondo mora un amate entre los tepetates que abre un panorama limpio, desde lo alto, sobre la cordillera del Tepozteco y del Valle de Atongo.
Desde aquí los árboles centenarios miran al Tepozteco y beben del río de Atongo.
La casa es cálida, luminosa y abierta hacia un entorno que rinde tributo a los eternos señores de este lugar…
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Casa de Oriente
Desde el corazón de una manzana mira la deslumbrante montaña esta casa. Sobria, elegante, mística, con un espíritu oriental emerge de entre 3,500 metros de patios, terrazas, jardines abiertos, jungla… en muros altos, lisos, de tierra, a la sombra de los árboles.
Aquí el agua refleja la luz un mundo lejano y misterioso en donde el tenue sonido de una gota se escucha en el eco del propio silencio
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Casa de los Ciruelos
La casa invita al sutil encuentro con el campo y la montaña
y ofrece una vida al resguardo de los ciruelos que habitan en ella, al bordo de la barranca y mirando a donde se pone el sol.Desde este rincón feliz de Amatlán la montaña se ofrece amorosa y rodea entera a esta casa, plena de detalles que mezclan adobe con piedra, tejamanil con metal, juegos de luces con madera, barro, cristal…
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